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La gente en América Latina a menudo me pregunta cuál es la diferencia entre republicanos y demócratas. Para las personas fuera de Estados Unidos, los dos partidos hegemónicos parecen tan similares que es difícil diferenciarlos.

La realidad, por supuesto, es que el Partido Republicano y el Partido Demócrata son prácticamente idénticos. Cuando miramos más allá de todas las batallas superficiales de la Guerra Cultural que libran para distraer al público estadounidense, podemos ver claramente que los dos partidos de la clase dominante comparten el 95% de las mismas políticas — y están financiados por los mismos oligarcas capitalistas y corporaciones explotadoras, para servir sus intereses económicos obedientemente.

La administración de Joe Biden ha hecho que esto sea innegable. El presidente demócrata hizo campaña con promesas de revertir las desastrosas políticas del republicano Trump, sólo para continuar con la gran mayoría de ellas.

En una conferencia de prensa el 19 de enero, el actual presidente demócrata reveló accidentalmente cuál es la verdadera diferencia entre él y el ex mandatario republicano: Trump piensa que América Latina es el patio trasero del imperio estadounidense, mientras que Biden insiste en que es el “patio delantero” de Washington.

Puede ver los comentarios de Biden en la transcripción oficial publicada en la página oficial de la Casa Blanca:

"Solíamos hablar, cuando yo era un niño en la universidad, sobre el 'patio trasero de Estados Unidos'", dijo en la rueda de prensa. “No es el patio trasero de Estados Unidos. Todo al sur de la frontera mexicana es el patio delantero de Estados Unidos”.

Kawsachun News @KawsachunNews

U.S. maintains its Monroe Doctrine as Biden assures that Latin America is "America's front yard"

Así que ahora, cuando la gente en Latinoamérica me pide que describa las diferencias entre republicanos y demócratas, tengo la respuesta perfecta: los republicanos piensan que eres su patio trasero, mientras que los demócratas piensan que eres su patio delantero.

Elige tu sabor favorito de neocolonialismo.

Biden ha estado en el poder por exactamente un año a partir de hoy, el 20 de enero. Y no ha logrado nada significativo. (Su retirada de Afganistán merece una mención honorífica, pero se ve eclipsada en gran medida por las políticas belicosas de Biden contra el resto del mundo, sin mencionar las devastadoras sanciones que su administración ha impuesto a Afganistán, que están matando de hambre a millones de civiles.)

Lejos de romper con Trump, Biden ha redoblado las peores políticas del ex presidente de extrema derecha:

Biden todavía reconoce al títere golpista Juan Guaidó como el falso “presidente” de Venezuela, y ha mantenido las sanciones asesinas de Trump.
Biden no sólo no ha eliminado ninguna de las cientos de sanciones paralizantes que Trump impuso a Cuba; de hecho, ha ampliado aún más la guerra económica de EEUU contra la nación caribeña, a tal punto que el New York Times escribió que “Biden está implementando una línea más dura con Cuba que” Trump.
Biden ha continuado la guerra casi genocida en Yemen, que fue ampliada por Trump e iniciada por el compañero de fórmula de Joe, Obama.
Después de que Trump rompiera unilateralmente el acuerdo nuclear con Irán, la administración Biden se ha negado a volver a él, exigiendo que Teherán acepte una serie de nuevas demandas irrazonables.
Biden ha mantenido a las tropas estadounidenses ocupando ilegalmente Irak (donde el parlamento elegido votó abrumadoramente para expulsarlas) y Siria (donde están impidiendo que el gobierno central acceda a sus propias reservas de petróleo y trigo, mientras sufre bajo un sofocante régimen de sanciones occidentales).
Biden ha mantenido la caza de brujas que el Departamento de Justicia de Trump lanzó contra el periodista de WikiLeaks y preso político Julian Assange, quien está siendo torturado en una cárcel británica de máxima seguridad mientras espera la extradición a la Tierra de los Libres para una farsa de juicio.
Biden cumplió los planes de la administración Trump de extraditar — es decir, secuestrar — al diplomático venezolano Alex Saab, quien fue arrestado y recluido en condiciones terribles por eludir las sanciones ilegales de EEUU para comprar alimentos para el pueblo venezolano.
Mientras más de 850.000 norteamericanos han muerto del Covid-19, las políticas sanitarias de Biden (o la falta de ellas) han sido en su mayor parte idénticas a las de Trump. La estrategia bipartidista es anteponer las ganancias económicas a la vida de las personas y dejar que las corporaciones dicten las políticas de “salud pública”.
Biden ha acelerado la nueva guerra fría tanto contra China como contra Rusia, al tiempo que impone cada vez más sanciones contra todo el mundo.
Bueno, Biden incluso ha logrado deportar a más niños inmigrantes que Trump, un racista abierto Trump.

Mientras tanto, dentro de Estados Unidos, el propio Partido Demócrata de Biden ha bloqueado todos los intentos de aprobar una legislación importante.

El gobierno de EEUU es tan antidemocrático, tan comprometido con el capital, que se ha convertido en un desastre disfuncional. Su fachada “democrática” se ha derretido, y todo lo que queda es un régimen autoritario controlado por oligarcas multimillonarios, una dictadura de la clase capitalista de manual.

Lo único que puede hacer el imperio estadounidense es hacer lo que siempre ha hecho: intensificar su agresión imperial en el extranjero, derramar dinero sin cesar en las fauces abiertas del Complejo Militar-Industrial, tratar de domar el apetito voraz del culto a la muerte del capitalismo — y usar la guerra en el extranjero para distraer la atención de la muerte masiva, la desigualdad vertiginosa, la pobreza creciente, la crisis de gente sin hogar, la brutalidad policial y el encarcelamiento masivo dentro de Estados Unidos.

Multipolarista

Biden dice que Latinoamérica es el 'patio…